¿Es delito modificar las consolas?
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Nintendo ha declarado la guerra a los establecimientos que venden dispositivos para modificar su consola Nintendo DS. Conocidos en el argot de los videojuegos como cartuchos flash, pueden ser utilizados, entre otras cosas, para cargar títulos piratas en las máquinas.
La Policía Nacional se ha incautado, tras recibir una denuncia de Nintendo y registrar quince establecimientos de una cadena de productos informáticos, de 1.150 de estos cartuchos comercializados bajo el nombre de M3 DS Real, y que se pueden encontrar con precios que oscilan entre los 20 y los 70 euros.
La venta de estos cartuchos ha explotado en los últimos meses en España. Según fuentes del sector, su generalización ha afectado negativamente en la comercialización de videojuegos para la consola portátil de Nintendo, aunque el fabricante no tiene una estimación del dinero que puede dejar de ingresar por este tipo de prácticas. Para dar una idea, pone un ejemplo: si los datos publicados por las tres principales páginas web de descarga de videojuegos son ciertos, el título Cocina Conmigo ha sido bajado 1,1 millones de veces, el doble que lo que se ha vendido en las tiendas.
El año pasado, la dirección de la filial ibérica comunicó a sus distribuidores que había iniciado una campaña "contra la fabricación y comercialización de dispositivos de copia y descarga de juegos para la consola Nintendo DS", y anunciaba que estas acciones "seguirían creciendo en amplitud e intensidad en los próximos meses". También Microsoft está mandando cartas a distribuidores españoles por vender chips para modificar la consola Xbox 360.
Derechos vulnerados
Los asesores jurídicos de Nintendo consideran que la venta de estos productos vulnera los derechos del fabricante relativos a la propiedad intelectual e industrial, que, según el Código Penal, pueden acarrear penas de hasta dos años de cárcel. Además asegura que los usuarios "ven cómo su garantía queda perjudicada al instalar mercancía ilegal".
El despacho de abogados de Nintendo asegura que no se quiere abrir "una persecución indiscriminada" y prefieren informar a los establecimientos y "llegar a acuerdos" antes de recurrir a la denuncia. Por su parte, los comerciantes creen que ellos no son responsables de un posible uso ilegal que haga el cliente del cartucho, que puede utilizarse para grabar todo tipo de datos, desde fotos y vídeos hasta cualquier otro material legal.
Carlos Sánchez Almeida, que representa a cincuenta comerciantes denunciados por prácticas de modificación de diversas marcas de consolas, considera que no hay delito precisamente por ser de carácter multipropósito.
Argumenta su defensa en que el Código Penal habla de medios "específicamente destinados a facilitar la supresión no autorizada o la neutralización de cualquier dispositivo técnico que se haya utilizado para proteger programas de ordenador". La Audiencia Provincial de Valencia utilizó este argumento recientemente para absolver al distribuidor ChipSpain por la instalación y venta de chips para la PS2 de Sony.
Nintendo cree que se vulneran derechos de propiedad industrial porque se han "copiado" diseños del fabricante con fines ilícitos. "Nintendo pretende obtener protección jurídica para la silueta de los cartuchos. Es como si IBM hubiera querido impedir la fabricación de disquetes compatibles con su PC", argumenta Sánchez Almeida, quien considera que "esta discusión jurídica va a durar mucho tiempo".
De momento, no ha habido sentencia en firme sobre los cartuchos para la DS en Europa, aunque en Alemania se han tomado medidas cautelares contra distribuidores, según los abogados de Nintendo.
Artículo original en Expansión