Cómo abusar de la Ley de Propiedad Intelectual
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A principios del próximo mes de enero entrará en vigor la mayor parte de la última reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. Este artículo no pretende en absoluto revisar todos los cambios que establece la nueva ley, limitándose únicamente a la posible utilización práctica, por cualquier ciudadano, de la reforzada Comisión de Propiedad Intelectual que se regula en el artículo 158 ter del nuevo texto legal.
Como ya expliqué en anteriores artículos, el procedimiento se puede iniciar contra cualquier vulneración de derechos de propiedad intelectual en internet. La Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual, conocida popularmente como Comisión Sinde, podrá adoptar todo tipo de medidas para interrumpir la difusión de obras protegidas, como ordenar el cierre de la web al infractor o a su proveedor de hosting, cortar su financiación publicitaria y sus medios de pago, bloquear su acceso desde España, cancelar su dominio .es, o imponer multas de 600.000 euros en el supuesto de que no se retiren los contenidos infractores.
A tenor de las declaraciones oficiales, el objetivo fundamental de la ley son las llamadas webs de enlaces, pero la redacción de la norma legal permite que cualquier ciudadano titular de derechos de autor pueda acudir al procedimiento que regula e instar medidas contra quien abuse de su propiedad intelectual. Y ello puede tener consecuencias indeseadas para los poderes económicos y mediáticos que han impulsado la aprobación de la reforma.
Imaginemos que es usted un periodista freelance, o aún más sencillo, un simple ciudadano comprometido con su tiempo, que se ha dedicado en los últimos años a fotografiar y grabar en vídeo diversos acontecimientos, subiendo a la red las obras fotográficas y videográficas resultantes de tal actividad. Imaginemos también que en ocasiones, tales fotografías o vídeos han aparecido en medios de comunicación lucrativos sin que usted haya dado autorización alguna para ello. Enhorabuena, es usted una víctima de la piratería: ha llegado el momento de resarcirse.
Seguramente indignado por ver aparecer sus fotografías en periódicos que se encuentran en las antípodas de sus convicciones ideológicas, o sus vídeos en televisiones comerciales que atribuyen la autoría a YouTube o incluso a Internet, usted se ha informado de los derechos que le asistían. Muy probablemente habrá desistido de presentar demanda frente a grandes medios, ante la desproporción económica con sus posibles adversarios y el riesgo de tener que hacer frente a honorarios de abogados, procuradores, así como diferentes tasas y costas judiciales. Enhorabuena de nuevo: ha llegado el momento de la venganza.
En la Comisión de Propiedad Intelectual están deseando ayudarle. Por un coste mínimo, sin necesidad de abogados, costas ni tasas judiciales, usted puede conseguir el cierre de ese periódico que tanto le molestaba y que últimamente, además, le estaba robando. Basta que siga los siguientes pasos.
En primer lugar, ponga a Google a trabajar para usted. Dedíquese a buscar todos los sitios donde han aparecido sin autorización sus fotografías y vídeos. Seleccione aquellos medios de mayor potencia económica, y recopile todas las direcciones de internet donde aparecen sus fotografías y vídeos sin autorización. Acto seguido, levante acta de tales vulneraciones de derechos, ante notario, tercero de confianza o mediante acta de navegación (hay excelentes servicios online para ello). Una vez tenga a buen recaudo las pruebas de la actividad ilícita, dirija un correo electrónico al medio de comunicación correspondiente, diciéndole que si no quitan su obra, usted se encargará de borrarlos de internet. Cuanto más antipático sea su correo, mejor: así se asegura de que no le hacen caso y será peor para ellos.
Deje pasar tres días. Compruebe que no le han hecho caso, y que su enemigo sigue publicando su obra sin pagarle nada. Acto seguido, conéctese a la sede electrónica de la Comisión de Propiedad Intelectual y denuncie los hechos. A partir de ese momento, siéntese a disfrutar: va a contemplar a la inmensa maquinaria de la Administración del Estado trabajando para usted.
Cuando aparezca el director del medio de comunicación pirata llorando, diciendo que ha tenido que despedir a sus trabajadores porque le cerraron el dominio .es, le echaron de su proveedor de hosting, le cortaron la financiación publicitaria y le multaron con 600.000 euros, no le haga mucho caso. Especialmente si se llena la boca de censura y libertad de expresión, cosas que como usted bien sabe, nada tienen que ver con la propiedad intelectual.
Artículo publicado originalmente en Jaque Perpetuo